lunes, 26 de abril de 2010

JUDIT, por Cristina Ruíz



Nabucodonosor, rey de los asirios,envió un mensaje a todos los habitantes de Persia y a las regiones occidentales, pero los habitantes de toda la tierra despreciaron el mensaje de Nabucodonosor y no le prestaron ayuda.
Nabucodonosor se indignó mucho contra estas regiones y juró que se vengaría de todas éstas. Luego, en el palacio de Nabucodonosor se tomó la decisión de llevar a cabo la venganza contra estas tierras como lo había prometido. Nabucodonosor llamó a Holofernes, generalísimo de sus ejércitos y le dijo: "reune contigo hombres de valor, marcha contra todas las tierras de occidente porque no se han sometido a mis órdenes. Vé delante y conquista para mí todos sus países"
Cuando los israelitas que habitaban en Judea se enteraron de todo lo que Holofernes habia hecho con aquellas naciones y cómo había saqueado y destruido sus santuarios, se llenaron de miedo ante él y les entró una gran preocupación por Jerusalén y el templo del Señor. Los israelitas acababan de llegar del destierro y Dios oyó su clamor y miró su aflicción.
En aquellos días, Judit se enteró de lo que estaba pasando. Su marido Manasés, de su misma tribu y amilia había muerto durante la siega de la cebada. Estaba vigilando a los que ataban las gavillas en el campo cuando fue presa de una insolación, tuvo que acostarse y murió en Betulia, su ciudad.
Manasés le había dejado todo su oro y plata a Judit la cual era muy bella y nadie podía decir de ella una palabra maliciosa porque tenía gran temor a Dios.
El pueblo, ante la escasez de agua,quiso entregar la ciudad a sus enemigos si Dios no les ayudaba y Judit, para que eso no ocurriera, decidió salir en la noche de la ciudad con su sierva para lograr que el Señor visitara a Israel antes del plazo de entrega de la ciudad. Judit se dirigió a casa de Dios en Jerusalén donde le pidió que se hiciera conocer ante la nación de que él era Yaveh. Cuando Judit terminó su plegaria a Dios, regresó a casa donde se vistió, maquilló y arregló quedando muy hermosa. Judit salió de casa y se presentó ante Holofornes el cual quedó sorprendido por su belleza.
Holofornes era el jefe del ejército enemigo. Holofornes le dijo a Judit que se habia salvado al pasarse a su bando y le preguntó por qué lo hizo. Judit le respondió que ella al saber que su pueblo habían empezado a consumir todo aquello que su Dios le había prometido y que por ello había huido de ellos y quería guiarlo.Agradaron estas palabras a Holofernes y a todos sus servidores, que estaban admirados de su sabiduría y dijeron:"De un cabo al otro del mundo, no hay mujer como ésta, de tanta hermosura en el rostro y tanta sensatez en las palabras. Holofernes le dijo: «Si haces lo que has prometido, tu Dios será mi Dios, vivirás en el palacio del rey Nabucodonosor y serás famosa en toda la tierra. «¡Dame fortaleza, Dios de Israel, en este momento!» con todas sus fuerzas, descargó dos golpes sobre el cuello y le cortó la cabeza. Después hizo rodar el tronco fuera del lecho, arrancó las colgaduras de las columnas y, saliendo, entregó la cabeza de Holofernes a su sierva, que la metió en la alforja de las provisiones. Luego salieron las dos juntas a hacer la oración, como de ordinario, atravesaron el campamento, contornearon el barranco, subieron por el monte de Betulia y se presentaron ante las puertas de la ciudad. Judit gritó desde lejos a los guardias de las puertas:"¡Abran, abran las puertas! Dios, nuestro Dios, está con nosotros para manifestar todavía su fuerza en Israel y su poder contra nuestros enemigos, como lo ha hecho hoy".La gente de la ciudad se apresuró a bajar a las puertas, y convocaron a los ancianos de la ciudad,todos acudieron rápidamente, abrieron las puertas para recibirlas, encendieron una hoguera para poder ver y se agolparon alrededor de ellas.Entonces sacó la cabeza de la bolsa y la mostró, diciendo: "Aquí está la cabeza de Holofernes, el general en jefe de los ejércitos asirios, y este es el cortinado bajo el cual estaba tendido completamente ebrio. ¡El Señor lo ha matado por la mano de una mujer!" Todo el pueblo quedó fuera de sí y adoraron a Dios. Ozías dijo a Judit:
"Nunca olvidarán los hombres la confianza que has demostrado y siempre recordarán el poder de Dios."
Judit les dijo: "Escúchenme, hermanos; tomen esta cabeza y cuélguenla sobre las almenas de la muralla. Después, cuando despunte el alba y se levante el sol sobre la tierra, cada uno de ustedes tomará sus armas de combate, y todos los que puedan hacerlo saldrán de la ciudad. Pónganles al frente un jefe como si fueran a descender a la llanura, hasta los puestos de avanzada de los asirios, pero no bajen.Ellos tomarán sus armas e irán al campamento a despertar a los jefes de su ejército. Estos, a su vez, se precipitarán hacia la carpa de Holofernes y, al no encontrarlo, quedarán aterrorizados y huirán delante de ustedes.Ustedes y todos los habitantes del territorio de Israel los perseguirán, exterminándolos en su retirada. Pero antes de ejecutar todo esto, tráiganme a Ajior, el amonita, para que él vea y reconozca al que había despreciado al pueblo de Israel, y lo envió para que muriera entre nosotros".
Llamaron entonces a Ajior y cuando vio la cabeza de Holofernes en la mano de uno de los hombres de la asamblea del pueblo, cayó desvanecido. Judit, en medio del pueblo, le contó a Ajior todo lo que había hecho desde el día de su partida hasta ese momento.Mandó luego que la introdujeran donde tenía su vajilla y ordenó que le sirvieran de sus propios manjares y le dieran a beber de su propio vino.Pero Judit le dijo que no debia de comer eso hasta que no lo necesitara y que le llevaran todas sus provisiones que llevó con ella. Holofernes le permitió acabar con sus provisiones y mandó a sus siervos a acompañarla a su tienda. Pero Judit, a media noche envió a decir a Holofornes que le diera permiso para ir a orar.Holofernes ordenó a su escolta que no se lo impidieran. Judit permaneció tres días en el campamento. Cada noche se dirigía hacia el barranco de Betulia y se lavaba en la fuente donde estaba el puesto de guardia. A su regreso, suplicaba al Señor, Dios de Israel, que diese buen fin a sus proyectos para exaltación de los hijos de su pueblo.Y, ya purificada, entraba en la tienda y allí permanecía hasta que le traían su comida de la tarde. Al cuarto día, dio Holofernes un banquete para sus oficiales. Holofornes le dijo a Bagoas que intentara persuadir a Judit para que cenara con ellos. Salió Bagoas de la presencia de Holofernes, entró en la tienda de Judit y le dijo todo lo que Holofornes le dijo y ella aceptó.Judit se levantó y se engalanó con sus vestidos y todos sus ornatos femeninos. Se adelantó su sierva para extender en tierra, frente a Holofernes, los tapices que había recibido de Bagoas para el uso cotidiano, con el fin de que pudiera tomar la comida reclinada sobre ellos.Entrando luego Judit, se reclinó. El corazón de Holofernes quedó arrebatado por ella y experimentó un violento deseo de unirse a ella, pues, desde el día que la vio, andaba buscando ocasión de seducirla. Holofernes, que se hallaba bajo el influjo de su encanto, bebió vino tan copiosamente como jamás lo había hecho en toda su vida. Cuando se hizo tarde, sus oficiales se apresuraron a retirarse. Bagoas cerró la tienda por el exterior. Sólo quedaron en la tienda Judit y Holofernes, desplomado sobre su lecho y rezumando vino. Judit había mandado a su sierva que se quedara fuera de su dormitorio y esperase a que saliera, como los demás días. Porque ella había dicho que saldría para hacer su oración. Judit, puesta de pie junto al lecho, dijo para sus adentros: «¡Dame fortaleza, Dios de Israel, en este momento!»
Y, con todas sus fuerzas, le descargó dos golpes sobre el cuello y le cortó la cabeza.
Después hizo rodar el tronco fuera del lecho, arrancó las colgaduras de las columnas y saliendo entregó la cabeza de Holofernes a su sierva,que la metió en la alforja de las provisiones. Luego salieron las dos juntos a hacer la oración, como de ordinario, atravesaron el campemento, contornearon el barranco, subieron por el monte de Betulia y se presentaron ante las puertas de la ciudad.Judit gritó desde lejos a los centinelas de las puertas: «¡Abrid, abrid la puerta! El Señor, nuestro Dios, está con nosotros para hacer todavía hazañas en Israel y mostrar su poder contra nuestros enemigos, como lo ha hecho hoy mismo.»
Cuando los hombres de la ciudad oyeron su voz, se apresuraron a bajar a la puerta y llamaron a los ancianos.Acudieron todos corriendo, desde el más grande al más chico, porque no tenían esperanza de que ella volviera; abrieron, pues, la puerta, las recibieron, y encendiendo una hoguera para que se pudiera ver, hicieron corro en torno a ellas. Judit, con fuerte voz, les dijo: «¡Alabad a Dios, alabadle! Alabad a Dios, que no ha apartado su misericordia de la casa de Israel, sino que esta noche ha destrozado a nuestros enemigos por mi mano.» Y sacando de la alforja la cabeza, se la mostró, diciéndoles: «Mirad la cabeza de Holofernes, jefe supremo del ejército asirio, y mirad las colgaduras bajo las cuales se acostaba en su borracheras. ¡El Señor le ha herido por mano de mujer! ¡Vive el Señor!, el que me ha guardado en el camino que emprendí, que fue seducido, para perdición suya, por mi rostro, pero no ha cometido conmigo ningún pecado que me manche o me deshonre.» Todo el pueblo quedó lleno de estupor y postrándose adoraron a Dios y dijeron a una: «¡Bendito seas, Dios nuestro, que has aniquilado el día de hoy a los enemigos de tu pueblo!»
Ozías dijo a Judit: «¡Bendita seas, hija del Dios Altísimo más que todas las mujeres de la tierra! Y bendito sea Dios, el Señor, Creador del cielo y de la tierra, que te ha guiado para cortar la cabeza del jefe de nuestros enemigos.Jamás tu confianza faltará en el corazón de los hombres que recordarán la fuerza de Dios eternamente.Que Dios te conceda, para exaltación perpetua, el ser favorecida con todos los bienes, porque no vacilaste en exponer tu vida a causa de la humillación de nuestra raza. Detuviste nuestra ruina procediendo rectamente ante nuestro Dios.» Todo el pueblo respondió: «¡Amén, amén!»

lunes, 19 de abril de 2010

ESTHER por Raquel Díaz Barba



Esther.- Una mujer de gran piedad, que se caracteriza por su fe, su valentía, su patriotismo, su sabiduría y su determinación. Ella es leal y obediente a su tío y se apresta a cumplir su deber de representar al pueblo judío y alcanzar la salvación. En la tradición judía se la ve como un instrumento de la voluntad de Dios para evitar la destrucción del pueblo judío, para proteger y garantizar la paz durante el exilio.

RELATO:
Esther era la hija de Abicail de la tribu de Benjamín, una de las dos tribus que constituían el reino de Judá antes de su destrucción por los babilonios y la deportazión, en el año 597, de la élite del reino a las provincias del Imperio persa.
A la muerte de sus padres fue adoptada por su primo Mardoqueo el cual ocupa una función administrativa en el palacio real de Susa. Habiendo sabido que el rey Asuero buscaba una nueva esposa, Mardoqueo hizo participar a su prima Esther en la selección. Esther fue elegida y se convirtió en la esposa de Asuero.
Cuando el primer ministro Amán decidió matar a todos los judíos del reino, Mardoqueo, que siempre había velado por Esther, le insta a presentarse ante el rey para que interceda en favor de sus compatriotas. A pesar de estar prohibido con pena de muerte acceder al rey sin ser llamado, después de un ayuno de tres días, Esther se presentó ante él para pedirle el favor de aceptar su invitación a cenar con Amán. Durante la cena le invita de nuevo y durante el segundo banquete
informa al rey de que es judía y que Amán ha decretado el exterminio de todos los judíos del reino. Obtiene entonces del rey el derecho para los judíos de defenderse el día en que debían ser exterminados.
Mardoqueo hizo un decreto que establecía la fiesta del Purim, porque la tristeza se convirtió en alegría y el luto en días de festiva alegría. Así, el 14 y el 15 del mes de adbar (marzo) son días de alegría, en los que, en las sinagogas, se lee el Libro de Ester.

miércoles, 14 de abril de 2010

DEBORA-Patricia Porras Suárez

Murió Eud,los irealitas ofendieron de nuevo al señor con su conducta.
El señor los entrego en poder de Llavín rey cananeo de Jascor Débora era la mujer de Lappidot. Débora era una profetisa , era juez de Israel y juzgaba bajo la palmera de Débora entre Rama y Betel y los isrealitas acudían a Débora para arreglar sus litigios . Débora mando llamar a Barac y le dijo : El señor de Israel quiere que vallas a legislar gente y reunas en el monte Tabor a diez hombres de Neftali y Zabulan . Yo haré que Sisara (jefe del ejército de Llavín) vaya hacia ti y te lo entrege Barac respondió : Si tú vienes conmigo yo iré.Yo le dije que iría con el pero que ya no seria suya la gloria del señor.Barac reunió a los hombres de Neftali y Zabulan y yo fui con ellos.Barac subió al monte a pelear contra Sisara y todo el ejército de Sisara cayó a filo de espada.Sisara huyo:este entro en la tienda de Yael y ella tapo con una manta.Sisara le dijo a Yael que se quedara en la puerta de la tineda y si viene alguien preguntando por si aquí hay algún hombre dile que no.Yael cogió una clavija de la tienda,tomo el martillo en su mano,se le acercó caollando y le hincó la clavija en la sien hasta clavarla en tierra.Entonces llego Barac y Yael le enseño donde estaba Sisara muerto.

REY DAVID....-Antonio J. García de s. Bazán





David y Goliat

Un enorme grandullón llamado Goliat, abusaba de los demás porque le tenían miedo. Siempre se reía de la gente. Un día llegó a un pueblo donde vivía David, un muchacho joven y fuerte el cuál se encargaba de cuidar las ovejas de su familia. A él le llegó el rumor de que ese Goliat estaba en su pueblo y abusaba de la gente. Reflexionó y pensó. Después anunció que pelearía contra Goliat con una honda. Llegó la pelea todo el mundo creía que David estaba loco y que Goliat lo mataría. Goliat se reía de él, pero David, sin pensárselo dos veces, puso una de las piedras que recogió en el río en la honda, la empezó a girar y lanzó mejor que nunca. La piedra le dio A Goliat en toda la frente, el cual cayó abatido y muerto. Nadie se lo creía pero era cierto, David mató a Goliat. Todos se quedaran tan sorprendidos que no encontraron que decir. David sí dijo: –Lo primero es no tener miedo a nadie, por más gigante que sea. Lo segundo es estar convencidos de que tenemos la razón, de que es justo lo que queremos. Lo tercero es saber usar bien el arma que tengamos.

David hecho rey de Judá

En la batalla con los filisteos (Gilboá) Saúl y Jonatán mueren. Una etapa de la monarquía israelí terminaba de manera desastrosa. David llora su muerte y luego analiza la situación. Los adversarios (filisteos) son dueños de grandes regiones. Ante ello decide trasladarse hasta Hebrón, donde es ungido como rey sobre Judá. Por su parte, las tribus del norte procuran restablecer el poder de la debilitada Casa de Saúl, eligiendo como rey a Isboset, un descendiente del extinto rey Saúl.

Los intentos de Isboset por ampliar su influencia serían anulados por la acción de dos caudillos que (liderando una turba) consiguen asesinarlo en su propia residencia. Los asesinos presentan la cabeza de Isboset a David con la esperanza de una recompensa, pero David los ejecuta por su crimen.

David como rey de Israel

Durante su permanencia en Hebrón, David era rey pero no conseguía el reconocimiento de las tribus norteñas de Israel. Lograr la unidad de las 12 tribus pasó a ser su objetivo principal. Para ello, era indispensable alejarse de Hebrón, pues "allí estaban sus partidarios, sus familiares", y todo ello era negativo para la independencia de criterio con que debía regir los destinos de un gran país. Para que el rey lograra una total autonomía necesitaba ubicar la capital en un lugar "neutral" . Jebus, que por entonces no estaba en manos de los de Judá ni en manos de los israelitas del norte, era el lugar ideal. Pero estaba ocupada por los jebuseos.

Una vez reconocido por los líderes de todas las tribus, los cuales le expresaron: "Hueso y carne tuya somos" David se lanza a la conquista de la fortaleza de los jebuseos de Jerusalén y la hace su capital.

Los errores de David.

David comete adulterio con Betsabe, la esposa de Uria el Hitita, mientras que su esposo luchaba en la batalla (en el sitio de Rabbah). Betsabé queda embarazada, entonces David llama a Urias, a fin de que pueda estar con su esposa y ocultar la identidad del padre del niño. Urías se niega a permanecer fuera del campo de batalla mientras sus compañeros están en la lucha, por lo que David cambia su estrategia: Lo envía de regreso pero da instrucciones a Joab (el comandante) para que abandonen a Urías en el frente de la batalla.

Por lo tanto, por adulterio y asesinato, Nathan declara que Dios le ha asignado al rey un reino agitado, lleno de disturbios civiles violentos e intrigas. Además, aclaró David no iba a morir, pero sí su hijo nacido de Betsabé.